La frecuencia de las visitas varía de persona a persona. Depende de algunos factores como B.: la gravedad de la enfermedad, la duración de la enfermedad y la respuesta del cuerpo a las adaptaciones.
Cada persona necesita un plan de cuidados específico y por tanto el número de visitas y la frecuencia variarán desde dos veces por semana, cada dos semanas, una vez al mes, etc.
¿La gravedad de una condición está relacionada con el estado en que se encuentra el cuerpo? ¿El paciente sufrió muchas lesiones? ¿Hay algún hallazgo neurológico? ¿Hay degeneración o cambio en el tejido?
Todos estos factores diferentes y muchos más deben tenerse en cuenta al determinar la gravedad de una enfermedad. Cuanto más graves son, generalmente se necesitan más visitas.
Otra consideración es cuánto tiempo ha estado presente la condición. Es importante darse cuenta de que a lo largo de nuestra vida experimentamos diversos traumas a medida que envejecemos. No importa cuán grandes o pequeños sean, nuestro sistema nervioso los registra.
Estos traumas pueden sumarse y manifestarse externamente en trastornos posturales, déficits neurológicos, tensión muscular, etc.
Finalmente, cómo reacciona un paciente a los ajustes es otro factor determinante en la frecuencia de las visitas. Puede ser causado por estrés, ingesta de líquidos, medicamentos y movilidad articular.
A medida que un paciente avanza a través de los pasos del tratamiento y logra resultados específicos, la frecuencia de las visitas cambia.
El tiempo requerido varía de paciente a paciente. El número de visitas también puede aumentar cuando una persona experimenta un cambio importante en la vida, como un recién nacido. B. un accidente o un factor estresante fuerte.
Lo bueno es que después de un cuidado quiropráctico constante después de una lesión o trauma, las personas generalmente regresan a su preciado estado más rápidamente.